Es difícil pasar por Málaga sin conocer algunas de las mejores obras de este artista mundialmente conocido y originario de la ciudad, pero ¿lo conoces a él?
Déjame que te cuente algunas de las curiosidades de su vida, ya que, haciendo alusión a sus propias palabras:
La calidad de un artista depende de la cantidad de pasado que lleva consigo. – Pablo Ruiz Picasso
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El nacimiento de Picasso fue complicado, tanto que la comadrona lo dio por muerto, abandonándolo sobre una mesa para poder atender a la madre y que su tío Salvador, que era médico, al verlo en la mesa le lanzó una bocanada de humo de cigarro, lo que hizo que el niño empezase a llorar.
El nombre completo del famoso pintor, según figura en el registro civil, está formado nada más y nada menos que por veintitrés denominaciones: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Mártir Patricio Clito Ruiz y Picasso.
La primera palabra que pronunció cuando niño fue “piz”, para hacer referencia a la que fue una de sus herramientas favoritas, el lápiz.
Picasso, junto con su amigo el poeta Guillaume Apollinaire, fueron los principales sospechosos del robo en 1911 en el Museo del Louvre del famoso cuadro de Leonardo da Vinci, La Mona Lisa.
En 1947, indignado con los desmanes del fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, decidió afiliarse al Partido Comunista Francés, partido del que fue miembro hasta su muerte.
Picasso se opuso de forma contundente al gobierno de Franco, instando al Museo de Arte Moderno de Nueva York a que no devolviese a España una de sus grandes obras, El Guernica, hasta que Franco dejase de gobernar. El museo cumplió con su palabra y la obra fue devuelta a nuestro País en 1981.
La paloma de la Paz fue dibujada por Picasso para el congreso de la paz de 1949. Esta afición por dibujar palomas viene desde que era un niño, cuando solía salir a dibujarlas en Plaza de la Merced.
Picasso, estando en un bar con amigos, decidió invitarlos pagando al restaurante con un dibujo en una servilleta. El dueño pidió a Picasso que lo firmara y éste contestó sin reparo alguno “solo quiero pagar la cena, no comprarle el restaurante”.